¡HOLA! SOY MÓNICA QUINTANA.

Uno de mis profesores decía que las personas son las que representan un personaje, que en realidad somos seres humanos.

Cualquier etiqueta que me describa forma parte de ese personaje.

Es por ello que sí, hay muchas facetas en mi vida (la de madre, pareja, hija, docente, osteópata, coach, consteladora...), sin embargo cada vez intento conectar más con el SER HUMANO detrás de todas ellas. Con mi esencia. Y acompañar desde ahí.

He sido maestra más de 14 años. Paralelamente, he seguido formándome en otras disciplinas.

Y en el camino fui madre.

Resumen: maestra autoexigente, formándose y ahora… madre. Pues podéis imaginar el resultado.

Ni siquiera lo veía al principio, cegada por seguir haciendo.

Ser buena madre, buena maestra, buena amiga, buena pareja, buena hija… Todo, según mis estándares.

Mi vida estaba llena de “tengo qués” y muy vacía de autocuidado.

Culpabilidad, irritabilidad, desbordes emocionales, incomprensión, angustia, sensación de falta de tiempo…

sobre mí
sobre mí

Solo fui consciente cuando mi ansiedad vino a saludarme, justo, casualmente, en el año más tranquilo.

Entonces tuve claro que necesitaba un cambio radical en mi vida. El miedo vino a visitarme, como no, pero esta vez ya no podía poner excusas.

Tras dejar mi trabajo y pasar por un tiempo de parón y altibajos, el Coaching transpersonal apareció en mi vida. Y me mostró un camino donde fluía como nunca acompañando a personas. Conectando desde la intuición y dejando de lado cualquier personaje.

Entonces decidí emprender por este camino, enfocándome en maternidad y combinándolo con otras formaciones. Pero los clientes no llegaban.

El emprendimiento te confronta con muchas sombras, y volví a caer. Me sentía vacía, sin rumbo. Sin embargo, tenía la certeza de que era algo que debía transitar, una parte más del camino.

Ese vacío era algo de lo que llevaba huyendo, a través del trabajo y las formaciones, a través del "hacer", desde la adolescencia. Es un vacío que no me permití sentir en ese momento por supervivencia, y que seguía ahí.

Es por ello que decidí mover mi foco, a un lugar más profundo. A esas personas, madres o no, que están exhaustas, saturadas, que se enfocan en el hacer porque cuando paran se derrumban. Y a la vez su cuerpo les da señales claras de que ese no es el camino, de que necesitan un cambio.

Yo he sido una niña buena, tímida y que no destacaba mucho. Desde pequeña aprendí a hacer lo que se esperaba de mí. Nadie me enseñó sobre emociones ni sobre la importancia de mis necesidades, ellos tampoco sabían.

Crecí sumida en perfeccionismo y autoexigencia, con bastante poca autoestima. Mi forma de ser vista era a través de lo académico, así que acumulo innumerables y variadas formaciones a mis espaldas.

He avanzado gracias a mi gran espíritu de superación.

Sobre mí
Sobre mí

El nuevo camino comienza con un paso...

¿Es hoy el día de darlo?